Sequía apocalíptica impacta al río Amazonas

  • Es comparado con el desierto del Sahara por su parecido nivel de sequedad

AGENCIAS

BRASIL

Brasil vive una crisis con la repentina llegada de las sequías que han afectado a ríos del Amazonas, otrora zona conocida por tener una vasta extensión de agua, pero que ha ido disminuyendo aunado a la presencia de incendios forestales que están sin control mientras devastan zonas protegidas del país.

Es la sequía más grave que ha golpeado a Brasil en los últimos 70 años, que además desde hace varios meses mantiene problemas con los incendios forestales especialmente en la Amazonía, la selva tropical más grande del mundo, y el humedal del Pantanal, un rico santuario de la biodiversidad, así como también en el estado de Sao Paulo, según información de AFP.

De acuerdo con autoridades brasileñas, más de mil localidades se mantienen en alerta por bajos niveles de humedad, los cuales son comparables en algunos casos a desiertos como el Sahara, mientras el país enfrenta la peor sequía de su historia y los incendios no se detienen.

Las llamas alcanzaron un bosque protegido a las afueras de Brasilia, la capital modernista de árboles y aire puro, que en menos de dos semanas se vio nuevamente envuelta en una nube tóxica producto del fuego, que son favorecidos por la peor sequía del país más grande de extensión de América Latina.

Al respecto, la investigadora del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden), Ana Paula Cunha, afirmó que los niveles de humedad son “tan bajos” como en el desierto del Sahara, dado que el país vive la temporada seca “más intensa y extensa desde hace por lo menos 70 años”, debido al “efecto acumulado de falta de lluvias desde el verano de 2023-2024”, señaló.

En imágenes captadas sobre el Amazonas, se observa grandes extensiones donde estaba el agua, que ahora quedaron como pequeñas lagunas en algunos de los casos positivos, mientras que otras zonas se volvieron totalmente áridas.

Varias personas fueron captadas en el momento que transportan agua potable a lo largo de un banco de arena del río Madeira en la comunidad de Paraizinho en Humaita al norte de Brasil, situación que complica la vida de los pobladores que también son afectados por el humo de los incendios. El índice de partículas finas (PM2,5) alcanzó 69 microgramos por metro cúbico, es decir, 14 veces más que el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).