Alma Grande / El sexenio que blindó el pueblo / Por Ángel Álvaro Peña

Quienes hace seis años habían asegurado, según sus sesudos análisis que Andrés Manuel López Obrador se reelegiría, se quedaron frustrados. Aunque existe la hipótesis de que si lo hubiera hecho alcanzaría más votos que Claudia Sheinbaum, pero de especulaciones están saturadas las columnas políticas en este país, bien identificadas por la población.

Tampoco se ahuyentaron las inversiones nacionales y extranjeras, ni se devaluó el peso, ni aumentaron los impuestos, ni hubo fuga de capitales, ni se endeudó México más.

A 10 días de que deje el cargo el actual Presidente los malos augurios se convirtieron en malas intenciones, demostrando que el peligro para México son ellos, quienes además aseguraban que con la llegada del nuevo gobierno y más aún con la aprobación de la reforma al Poder Judicial el turismo nacional y extranjero huiría de nuestro país. No fue así.

De enero a julio, el ingreso de divisas al país por el concepto de turistas de otros países fue de 20 mil 300.5 millones de dólares, lo que representó un incremento de 7 por ciento con respecto al mismo periodo del año previo y de 33.3 por ciento si se compara con el mismo lapso de 2020, año de la pandemia, según informó Sectur.

En sólo siete meses México se convierte en un polo turístico de atracción planetaria, llegaron 25 millones 825 mil visitantes, lo que representó un aumento de 5.3 por ciento respecto a lo reportado en el mismo lapso del año previo.

Algunos de los atractivos que más turismo convocaron fueron el Tren Maya y su ruta que está llena de países, ruinas, museos y una extraordinaria gama de atractivos que no son sólo arena y playa.

Lo mismo sucede con los inversionistas de otros países a quienes la reforma al Poder Judicial vuelve más atractiva su instalación en México. Un país con fama de corrupto, con un sistema de justicia que rayaba en lo absurdo no era atractivo para la inversión extranjera, a pesar de que en el pasado les prometían no pagar impuestos, bajos salarios y terrenos regalados.

Los inversionistas quieren certeza o desarrollos sustentados en corruptelas, arropadas por jueces y ministros cómplices de empresarios y funcionarios que ponían al país en subasta.

Debe tomarse en cuenta que los augurios de la oposición y sus medios también fallaron respecto a las reacciones de los mercados. El director general del grupo Bolsa Mexicana de Valores señaló que el mercado bursátil mexicano y los inversionistas nacionales e internacionales no sobre reaccionaron a la aprobación de la reforma al poder judicial por parte del Congreso.

La gran derrota de la oposición no sólo estuvo en las urnas sino en sus pronósticos en los que muchos difundieron creyeron y, por si fuera poco, tienen en sus publicaciones otros malos augurios para el próximo sexenio, basados en el rencor más que en cálculos serios.

La llegada de la pandemia hubiera sido motivo de una revuelta popular si la Presidencia dela república la hubiera tenido algún panista o priista, porque hubiera sido evidente que, como es su costumbre, privilegian sus intereses a los del pueblo y el número de muertos crecería al doble.

Al fallar en todas sus profecías, perdieron credibilidad y fueron marginándose de la realidad y el triunfo electoral.

Al turismo internacional no sólo le sorprende el desarrollo reciente de los polos de atracción para los visitantes sino la manera en que el presidente de un país deje la presidencia con un apoyo mayoritario de la población, situación poco común en América Latina.

Las muestras de apoyo espontáneas para el Presidente saliente se mostraron en los últimos días. La gente buscaba el lugar donde parecería en público López Obrador para saludarlo, verlo, darle la mano. Desde el 13 de septiembre, Día en que se conmemoran a los Niños Héroes, los recorridos por las calles estuvieron acompañados de mexicanos.

La noche del Grito de Independencia merece mención aparte. El zócalo nunca había mostrado tan nutrida asistencia, nadie puede afirmar que llegó gente por el grupo musical, porque terminado la ceremonia de la plancha de la plaza de armas fue desocupándose sin prisa pero de manera constante. Los gritos de apoyo al mandatario impedían escuchar el sonido local, mucha gente estaba conmovida porque era su última aparición en público ya que e1 de octubre irá a residir en su rancho.

La ceremonia del desfile tuvo un significado político importante, tanto el secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval y de Marina, José Rafael Ojeda, dijeran haber dejado a las fuerzas armadas listas para las órdenes de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. El bullicio de la población presente no sólo fue testigo sino protagonista de una despedida con claros signos políticos, pero sobre todo democráticos. Adelantaron la lealtad para el movimiento, para el elegido delos mexicanos para el futuro.

Fueron seis años de nadar contra la corriente, porque en ningún momento la oposición y algunos medios tradicionales intentaron crear un clima de incertidumbre, precisamente para desactivar la inversión extranjera e impulsar a que los capitalistas mexicanos sacaran su dinero del país, cuando en realidad a muchos de ellos nunc ales había ido tan bien.

Podría decirse que trataron de sabotear obras y desactivar proyectos para que ellos pudieran cumplir sus pronósticos negativos y darle más simpatías a los contrincantes del régimen. Son de los que prenden fuego a su casa para ver arder la del vecino. A ellos no se les puede llamar malos mexicanos porque no son mexicanos. Son mercenarios de los privilegios de otros, porque ni siquiera luchan por lo que les es propio sino que son instrumentos de otros que los utilizan como carne de cañón.

PEGA Y CORRE.- La oposición quedó tan golpeada que en este momento no hay quien quiera competir por la dirigencia de ese partido en la Ciudad de México…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.